¿Dónde está la Isla de la Toja?
La isla de la Toja o da Toxa (en gallego), cuya extensión apenas supera un kilómetro cuadrado, se encuentra en la Ría de Arousa, en el municipio de O Grove, provincia de Pontevedra. Está conectada a través de un puente. Con tan solo 83 habitantes censados, la pequeña isla lleva más de dos siglos representando uno de los mayores atractivos turísticos de la zona de las Rías Baixas por su incomparable belleza natural y sus famosas aguas minero-medicinales.
Un paraíso termal
La isla se ha convertido en un codiciado destino turístico no solo gracias a sus atractivos paisajes sino también por sus aguas termales a las que se les atribuyen propiedades medicinales.
Las aguas brotan de fuentes subterráneas a altas temperaturas (entre 30ºC y 60ºC) y son ricas en minerales como el magnesio, el hierro, el sodio y el calcio, que se consideran beneficiosos para tratar diversas dolencias.
El curioso descubridor de sus aguas termales
Cuenta la leyenda que las propiedades curativas del agua de la isla se descubrieron de pura casualidad:
Un campesino abandona a su burro enfermo y malherido en esta isla inhóspita. El hombre regresa tiempo después y descubre, sorprendido, que el burro no solo está vivo sino que se ha curado de todos sus males gracias a las aguas curativas de la isla. Así relataba esta sorprendente historia la célebre escritora gallega Emilia Pardo Bazán en una monografía sobre la Toja:
El Colón de este nuevo mundo de salud fue un borrico. Un verdadero borrico, cuadrúpedo, cubierto de mataduras y de tiña, al que abandonaron, por no descoyuntarlo, en la isla desierta. Y al cabo de algunos meses cual sería la sorpresa del dueño al encontrar, en vez de un esqueleto, un burro sano, saltando, con el pelo tan reluciente que envidiaría la cabalgadura de Sancho Panza. El animal se había revolcado en las saludables lamas. Sus heridas desaparecieron.
De ahí que erigieran en honor a su descubridor una escultura con forma de un burro revolcándose en la lama, el descubridor de las famosas aguas termales que le darán la posterior fama de la Isla de La Toja.
La pequeña isla estaba hasta ese momento completamente deshabitada y en estado salvaje. Los vecinos de la zona no demostraban mucho interés en ella y la usaban únicamente para abastecerse de madera y pastorear a sus rebaños, a los que transportaban en barca.
Sin embargo a partir de este descubrimiento -fuese o no como cuenta la leyenda- la isla ganó popularidad y cada vez más gente se acercaba a la zona con la intención de sanar sus dolencias, sentando todo un precedente para los balnearios de Galicia.
A finales del siglo XIX, en el año 1899, se construyó el primer balneario y poco después comenzaron a levantarse hoteles y otros complejos orientados a satisfacer una demanda turística que solo iría en aumento y que perduraría hasta nuestros días.
En la actualidad constituye uno de los más importantes centros termales y turísticos de Galicia con numerosos balnearios, hoteles de lujo, urbanizaciones privadas e incluso un campo de golf.
Qué ver en la Isla de Toja.
Puente da Toja:
Convertido en símbolo de la zona, este puente fue construido en el siglo XIX para conectar la península de O Grove con la isla, que estaba en ese momento viviendo un acelerado desarrollo tras el descubrimiento de sus aguas medicinales. Con 400 metros de longitud, el puente supuso en su momento toda una hazaña para los ingenieros de la época e incluso ostentó por un breve periodo de tiempo el título de puente más largo de Europa. A día de hoy conserva su encantador estilo decimonónico y ofrece unas increíbles vistas del paisaje que lo rodea.
Capilla de las conchas o Ermita de San Caralampio:
Se trata de una de las capillas más curiosas de España. Su construcción original data del siglo XII, algo curioso teniendo en cuenta que en ese momento el único acceso a la isla era por mar. En el siglo XIX fue remodelada y se observó que, dado que está ubicada al sur, uno de sus muros estaba sufriendo daños por la humedad del mar y los fenómenos atmosféricos. Se resolvió cubrirlo con conchas de vieira como se hacía tradicionalmente en casas marineras, puesto que constituyen un perfecto aislante contra la humedad. Al ver el resultado, se decidió revestir todo el exterior con conchas de vieira confiriéndole el singular aspecto que tiene a día de hoy y simbolizando la riqueza natural y la tradición marinera del lugar en que se ubica. La capilla está consagrada desde su construcción a San Caralampio, patrón de las enfermedades de la piel. Durante su remodelación se coloca como imagen principal a la Virgen del Carmen, patrona de los marineros.
Parque Forestal de la Toja:
Ubicado en la parte central de la isla, es un parque ideal para quienes disfruten del senderismo. Está acondicionado con varias rutas de dificultad baja y sin apenas desnivel que lo hacen ideal para disfrutar en familia, con preciosos senderos enmarcados por pinos centenarios.
Es además escenario de un parque infantil de lo más curioso: la aldea de los Grobits. Se trata de una zona de juegos ambientada con pequeñas casitas de piedra semienterradas, árboles multicolor y un pozo mágico habitada, según la leyenda que allí mismo podemos leer, por unas mágicas criaturas conocidas como Grobits. Estas criaturas están inspiradas en los Hobbits de El Señor de los Anillos, viven bajo tierra en las aguas termales de la Isla y salen a la superficie a través del pozo que hay en la aldea para jugar entre los pinos y descansar en sus casas. Solo los afortunados consiguen verlos.
Enmarcado también en el Parque Forestal nos encontramos un gran recinto donde conviven en libertad varios burros, entre ellos los popularmente conocidos como fariñeiros. Esta especie es muy representativa de la tradición y la historia rural de Galicia, puesto que eran muy importantes en tareas como el molido del trigo y el transporte de la harina (de ahí su nombre). Fueron introducidos en la isla con la intención de preservar su especie y también como guiño a la leyenda sobre el descubrimiento de las aguas termales por parte de uno de estos animales.
Casino La Toja:
Fundado en el año 1978, fue el primer casino en abrir sus puertas en España y es que la Toxa no solo sentó precedente en lo referido a balnearios: su casa de juegos y apuestas llegó a ser considerado referente para el sector de todo el país. Aunque a día de hoy parece anticuado, como si se hubiese quedado congelado en el tiempo, en su momento el Casino fue un símbolo de los años de esplendor de la Isla de Toxa y merece la pena ver el edificio aunque solo sea desde el exterior.
Antigua fábrica de jabones La Toja:
La conocida marca de jabones La Toja nació en esta isla a finales del siglo XIX, destacándose por la producción de jabones naturales. Elaborados con las sales minerales extraídas del agua termal de la zona y otros productos locales, llegaron a alcanzar fama mundial. Aunque día de hoy ya no se fabrican en la isla, existe un pequeño museo donde se expone y explica el proceso de la elaboración de los jabones con las máquinas utilizadas en la época.
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